13 de diciembre de 2011

De la violencia y otras historias


Como historiador que un servidor es, escribo estas líneas siendo más juglar que investigador, pues estoy convencido que lo que hoy es noticia, mañana es historia; algunas veces olvidada, otras recordada, pero siempre presente en nuestra memoria. Por esta razón, me permito presentar el siguiente escrito denominado  “De la violencia contra la mujer y otras historias”.

Recuerdo haber visto una película palomera con Jennifer López y Bill Campbell, denominada “Nunca más” cuya trama, seguro es por todos conocido. La mujer, independiente, enamorada, se casa con el tipo perfecto, amoroso, cuyo gran secreto es ser un dominador en todo el sentido de la palabra. Ella encara al fulano debido a una infidelidad y el resultado es un golpe que la tira al suelo, por cuestionar el comportamiento del marido.

La que sin duda alguna, desde mi particular  punto de vista, es la escena que da sentido a todo, es la que ocurre a la mañana siguiente: aterrorizada, J Lo (para los cuates), arriba a casa de su suegra, quien la recibe en el estacionamiento. Sin hablar, Jennifer le muestra el moretón a un costado del pómulo. La suegra al ver esto, no pregunta ¿Qué pasó?¿Porque te agredió?. La primera pregunta que hace es “¿Qué le hiciste?”.

Conozca a más de una dama que se sabe de pies a cabeza una de las canciones que está más de moda. De Natalia Jiménez, antigua voz de la agrupación “La Quinta Estación” escuchamos en los karaokes y en la radio “Por ser tu mujer”:
Yo, daría mis ojos por tenerte,
estar lejos de ti,
me hace más fuerte,
no tengas miedo a esconderme,
yo, cargaría tu cruz a mi espalda,
guardaría tu voz en mis entrañas,
tus secretos bajo mi falda,
pero yo para ti, siempre sere la otra,
solo seré una sombra,
de una vida junto a ti.

Por ser tu mujer, yo le entrego a dios mi alma,
Por ser tu mujer, yo me olvido de ser una dama,
Por ser tu mujer, sería capaz de morir en tu cama,
Por ser tu mujer, por ser tu mujer.

Si, lo sé. Es en sentido figurado. Pero como rocker, conozco canciones con mayor actitud, cantadas por mujeres como Lita Ford o el grupo Víxen, que canciones que ennoblezcan a la mujer como el ser humano que es: el perfecto complemento del hombre.

En otra ocasión, acudí como muchos campechanos al concierto que se efectúa el sábado de bando en el foro Ah Kim Pech. Al avanzar la noche y en espera de los artistas, sucedió un hecho en las escaleras de ciertas salas cinematográficas frente al escenario: Una joven no mayor de 25 años discutía con su novio, quien se encontraba en estado de ebriedad. En algún momento, el muchacho, le dio una bofetada a la muchacha. Otro joven que estaba con su familia, al ver este hecho, se abalanzó contra el golpeador y lo sometió, pidiendo que llamen a la policía. En ese momento, la chica que había sido agredida, histéricamente empujó a su defensor y defendió al novio que se encontraba en el suelo, con la boca rota. Cabe decir que se retiraron abrazados y tomaron un taxi con rumbo desconocido. Los que observamos lo acontecido, quedamos perplejos. Repito: perplejos.

Aunque lo parezca, este escrito no es un estudio sobre la influencia de los medios de comunicación en los casos de violencia. La película, la canción y el suceso de carnaval ponen sobre la mesa una serie de detonadores de violencia contra la mujer. En el caso de la cinta, la madre que tiene un hijo que no comete errores porque al final es hombre; en la canción, la mujer tiene que llegar a extremos insospechados que guarda en su corazón, con tal de mantenerse cerca del hombre que ama, y por último, la justificación de la agresión como parte de una demostración de cariño… aún antes de casarse. De lo irreal a lo real. Y todo lo anterior se sintetiza en una sola palabra a favor de la NO Violencia Contra la Mujer: EDUCACIÓN.

Un par de semanas anteriores, al recibir la llamada de invitación para estar presente hoy, por parte de una entrañable amiga, me comentó que buscaban a un hombre que tuviera la calidad moral para subir al escenario y dar su punto de vista sobre la violencia que sufren las mujeres. Yo creo que calidad moral tenemos todos, entendiendo “moral” como la ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia, sin especificar a cuál de los dos se refiera, según el Real Diccionario de la Lengua Española. Capacidad de discernir, dirían otros.

En un panel de expresiones como este, escucharemos o escuchamos, testimonios, propuestas e iniciativas de ley en contra del abuso físico y mental en contra de las mujeres.  Pero en un país como el nuestro, con una sociedad muchas veces de doble moral, estando comprobado que las madres, mujeres, son las incitadoras de un machismo nacional, donde el “…mi hijo no plancha, no lava trastes ni ropa, no sacude. Para eso tiene a su madre ( o en su defecto) a su esposa” se convierte en el credo y regla de vida,  hace falta más que leyes y castigos para quienes ejercen este poder mal intencionado. Hace falta EDUCACIÓN. Educación que empiece en la familia y tenga una continuidad en escuelas. Las campañas exitosas dirigidas a las escuelas sobre Violencia en el noviazgo y Bulling, deben ser reforzadas en casa. Las primeras enseñanzas no llegan de puerta en puerta: están en el hogar. En las responsabilidades compartidas, en la igualdad de posibilidades de ayudar en las necesidades de la casa.

En el reconocimiento al empeño y el regaño en la falta. En tiempo de calidad juntos y en los espacios de reflexión solitarios. No en los golpes, pero si en la reprimenda y corrección. Nuestros niños, necesitan mucho amor, y disciplina, bases de toda formación de calidad de un ser humano. Cometerán errores, como los hemos cometido todos, pues somos seres humanos imperfectos. Pero estoy convencido que con las bases correctas, serán capaces de enmendar aquellos que realicen y que compensarán con actitudes las faltas cometidas.

“Mi Calidad Moral” no es solo mía: igual que mi vida, la comparto en conjunto con Yolanda, mi esposa, quien además de ser psicóloga (confieso que mis consultas son gratis) es quien me ha dado la dicha de ser padre, y en conjunto uno de los hombres más felices del mundo. Teniendo una hija, Aurora Leticia, no hay día que pase en que no me preocupe por su futuro. Y al mismo tiempo me tranquilizo sabiendo que como padres la educaremos para que en un futuro entienda que muchas veces, en la vida real, 1+1 no siempre tiene como resultado 2, si no también 1, como entidad, como ser. Es así como yo reconozco a su madre, deshaciendo el dicho de que “detrás de un gran hombre hay una gran mujer” para decir que al lado, hombro con hombro, padeciendo igual o más que uno, encontraremos a una mujer. Aún sin saber que nos depara el destino, no dudo al  decir que ella es la tabla a la cual me aferro en mis días de tormenta, y que agradezco a Dios, a la vida, haberla puesto en mi camino.

Por eso, de nuevo, aprovecho el espacio para apoyar la No Violencia Contra la Mujer, y levantar mi voz a favor de una educación familiar a favor de nuestros niños, apoyados por las instituciones, en beneficio de ellos mismos, y nuestra nación. Apóyense en la memoria: somos más lo que no queremos que nuestros hijos sufran lo que nosotros alguna vez sufrimos; no basta con estar contentos, hay que ser felices.

Gracias por la invitación, buenas noches.

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